5 Razones para engancharte a ARCHER

Archer empezó su andadura hace ya cuatro años. Su creador, Adam Reed, cuenta con una larga trayectoria en el terreno de la comedia, más particularmente en el mundo de las sitcom de animación. Shows como Sealab 2021 o Frisky Dingo sembraron las bases estilísticas y humorísticas de lo que, a día de hoy, podemos disfrutar en Archer. Pero, ¿qué es Archer y qué podemos esperar de esta serie? Archer sigue las pesquisas de una agencia de espías norteamericana, ISIS. Aunque, más concretamente, Archer, la serie, disfruta detallándonos las relaciones que el variopinto grupo de personajes que la forman tienen unos con otros, empezando por su principal agente, Sterling Archer (H. Jon Benjamin), cuyo apellido da nombre a la serie. Pero no es sólo el suyo, pues la directora y jefa última de la agencia es…su madre, Malory Archer (Jessica Walter), una egocéntrica, alcohólica, despótica, egoísta y, a menudo, despiadada mujer de negocios cuyos intereses principales son sacar la mejor tajada posible de los conflictos que recorren el mundo, ofreciendo sus servicios de espionaje o protección a aquellos suficientemente incautos como para poner sus negocios o vidas en sus manos.

 

Con semejante modelo familiar, no es de extrañar que Sterling se haya convertido, a su vez, en el mayor ególatra que haya pisado alguna vez suelo internacional, donde suele gastarse todo el dinero de las misiones de la agencia en casinos, alcohol y señoritas de compañía. Mezquino hasta decir basta, Sterling disfruta hiriendo la sensibilidad de sus compañeros de trabajo en ISIS, sobre todo los de su contable Cyril Figgis (Chris Parnell), quien, al comienzo de la serie, se encuentra en plena relación con su ex-novia y también agente de ISIS, Lana Kane (Aisha Tyler). Si a este complicado trío (o cuarteto, porque la madre de Archer también se las trae), sumamos la absoluta indiscreción de otros miembros de la agencia como la directora de recursos humanos Pam Poovey (Amber Nash) o la secretaria aficionada al LSD  Cheryl Tunt (Judy Greer) – ¿o era Carol?, nadie en ISIS parece aclararse con el nombre -, ya tenemos comedia de situación para rato. Y por si esto no fuera suficiente, también se pasean por la agencia de espionaje un analista-agente de campo que suele estar en silla de ruedas la mayor parte del tiempo y un científico alemán completamente chiflado que podría ser un clon genético de Adolf Hitler. ¿Alguien da más?

 

Si tras esta introducción aún no tenéis claro porqué deberías echarle un vistazo a Archer, a continuación os ofrecemos 5 razones por las que no deberíais dejar escapar esta serie:

 

5. Porque puede verse sin un orden preestablecido. Aunque es recomendable seguir el orden cronológico de los capítulos, lo cierto es que cada uno de ellos cierra una trama independiente y, aunque algunos detalles se mencionen más tarde en otros episodios, cada capítulo de Archer es 100% disfrutable sin necesidad de seguir ningún orden concreto. En este sentido, Archer se acerca al espíritu de series como Los Simpsons, Futurama o South Park, donde la diversión se centra en comprobar cómo se desenvuelven los personajes en ciertas situaciones concretas, para el deleite del espectador. Me vienen a la mente capítulos como Skytanic, donde Malory da un falso aviso de bomba a una compañía que organiza selectos vuelos en zepelín para poder así conseguir un viaje gratis a bordo del exclusivo dirigible. O el más reciente Live and Let Dine, en el que Sterling, Lana y Cyril se infiltran en el restaurante de un famoso chef, que tiene un programa de televisión en directo al estilo de Pesadilla en la cocina, y a Sterling le da por reconsiderar su carrera al comprobar que se le da bien eso de mandar al personal y humillar a sus empleados al estilo del Bastard Chef. Se siga el orden que se siga, los capítulos de Archer no tienen desperdicio alguno.

 

 

4. Porque es una de las series más originales del momento. Pocas veces (ninguna) se ha visto en televisión o en cualquier otro medio una agencia de espías que, por el estilo que se gastan vistiendo, parece ambientada en los años 60 y, sin embargo, sus ordenadores de aspecto retro tienen acceso a internet y a geolocalización por satélite, sus agentes usan gafas de visión nocturna y hologramas último modelo o tienen acceso a tecnología de implantes robóticos capaces de convertirlos en auténticos terminators. Archer aprovecha la intencionada ambigüedad de su ambientación para sorprendernos en cada capítulo con referencias que en un marco más cerrado serían imposibles. Obviamente, las serie cuenta con sus propias reglas y lógica interna, pero, a pesar de que el espectador es consciente de ellas, la serie siempre se las arregla para sorprenderle.

 

 

3. Porque sus 20 minutos de duración por capítulo son comedia negra en estado puro. Y cuando digo comedia negra, me refiero a oscura de verdad. Desde Archer con cáncer y arrastrando una sonda consigo mientras busca venganza de los mafiosos que han cambiado su medicación por azúcar (sí, como lo oís), hasta su secuestro a manos del líder del K.G.B. Nikolai Jackov (Peter Newman), el cual podría ser el padre de Archer (según la propia Malory, hay 1 posibilidad entre 3 de que lo sea), quien, ni corto ni perezoso, le implanta a Sterling un chip en el cerebro que, casualidades del destino, lo convierte en un zombie con un único objetivo: matar a su madre, con quien, para hacer la jugada más redonda aún, Sterling guarda una relación de amor-odio muy intensa –una suerte de complejo de edipo que incluso le  provoca erecciones cuando piensa en su madre siendo asesinada–. Archer no deja títere con cabeza y se ríe de todo lo que puede y quien puede a la mínima de cambio. Asemeja, en ocasiones, demasiado salvaje incluso, pero lo cierto es que su humor funciona a las mil maravillas y no hay más que ver un par de capítulos para darse cuenta de ello.

 

 

2. Porque tiene el mayor número de gags por minuto que se haya visto nunca en serie alguna. Y, sorprendentemente, todos funcionan. Incluso se podría decir que funcionan demasiado. En no pocas ocasiones he tenido que pausar la reproducción del capítulo en cuestión porque no podía parar de reír y, con mis risas, había ahogado las bromas que venían a continuación. Quizá algunos incluso vean esto como una “muerte por exceso” pero lo cierto es que, para el que suscribe, no hay mejor baremo para medir el éxito de una serie de comedia que el que tus propias carcajadas resuenen durante todo el capítulo gracias a los chistes de éste. Ya sean éstos diálogos mordaces o bromas basadas en el lenguaje visual y los silencios, Archer es la indiscutible reina de las risas en la pequeña pantalla, si es que esto de la comedia negra es lo tuyo.

 

 

1. Porque el nombre en clave de Sterling Archer es “Duquesa”. Que a su vez era el nombre de la añorada perra de Malory. Imposible encontrar a otro agente secreto más traumatizado que Sterling. Desde los abandonos y las duras lecciones de su madre cuando era un niño, hasta los cuidados de su anciano mayordomo yonqui Woodhouse (George Coe), pasando por sus envidias fálicas o sus inseguridades emocionales, resulta difícil encontrar un personaje más proclive a la comedia que Archer. Sus defectos son una auténtica mina para la sitcom que FX propone y su autor es plenamente consciente de ello. Archer se nutre de un humor oscuro y absurdo, pero, a través de él, acaba definiendo personajes más tridimensionales y mejor dibujados que los de la mayoría de las comedias que cada día nos intentan sacar una sonrisa ahí fuera. Y, como diría Archer, esto es sólo obviamente, la idea básica (Obviously, the core concept) de la serie. Pero espero que, al contrario que con los conceptos que Archer no pilla ni a la de tres, este artículo sirva como introducción a su genial serie. Una última observación, si pueden, disfrútenla con su doblaje original. Merece mucho la pena.

 

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Artículo publicado originalmente el 9 de marzo de 2013

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