CRÍTICA| 15 años y un día

La obra de Gracia Querejeta es epítome de una concepción del arte cinematográfico asentada en la palabra y el gesto, de forma que se adscribe a la tradición de un cierto realismo costumbrista europeo de la que también beben otros realizadores españoles de su misma generación, como Fernando León de Aranoa o Icíar Bollaín, y que básicamente indaga en las relaciones interpersonales como motor de la existencia humana, lo que da espacio a reflexiones sociológicas, morales, etc.

 

En consecuencia, en las películas de Querejeta es el guión el cimiento sobre el que se sustenta todo el entramado fílmico, motivo por el cual cuenta siempre con colaboradores de solvencia en este apartado (véase Manuel Gutiérrez Aragón o David Planell); un hecho que igualmente explica la necesidad de que sus trabados diálogos sean plasmados con convicción, de ahí que sus repartos suelan estar integrados por intérpretes muy dotados, siendo recurrente en ellos, por citar un caso paradigmático, la presencia de esa extraordinaria actriz que es Adriana Ozores.

 

15 años y un día, el último estreno de Querejeta, no es ninguna excepción a lo expuesto, sino que vuelve a ser una nueva incursión en su universo formal y temático, hasta el extremo de que guarda concomitancias muy claras con otra de sus cintas, Héctor (2004), pues aquí, como en aquélla, la inserción del protagonista ‒en ambos casos, un adolescente‒ en un entorno diferente y alejado de su cotidianidad propiciará un nuevo contexto para él y los suyos que hará estallar tensiones y conflictos emocionales.

 

Coguionizada por la propia realizadora junto a Antonio Santos Mercero, y explícitamente dedicada a Elías Querejeta (“a mi padre”, reza el intertítulo con el que se cierra el filme), 15 años y un día se desliza suavemente del retrato de la atribulada juventud de nuestros días, ante la falta de horizontes vitales, laborales e ideológicos, hasta las dificultades que asimismo padecen las personas de la tercera edad justamente por lo contrario: tener convicciones firmes y haberlas intentando implantar en una realidad que ha ignorado sus esfuerzos y que los condena al ostracismo por “intransigentes” (por carecer de doble moral) y obsoletos. Por ello, la película ahonda sobre todo en la relación que se establece entre Max (Tito Valverde) y su nieto Jon (Arón Piper), aunque sea en la generación intermedia, encarnada en la madre de Jon, Margo (Maribel Verdú) y la mejor amiga de Max, Aledo (una estupenda Belén López), sobre la que recaiga el peso dramático del relato; y es que su mundo es el de una madurez en la que ya se perdieron todas las ilusiones y, encima, sin el agridulce consuelo ‒pero consuelo al fin y al cabo‒ de haber sabido luchar realmente por ellas.

 

Multipremiada en el Festival de Málaga de 2013 (en las categorías de Mejor Película, Guión, Música y Premio de la Crítica), 15 años y un día es sin embargo una pieza mediocre en el sentido literal del término, esto es, que carece de cualidades que la hagan trascender más allá de un único visionado, pero que no por ello deja de estar correctamente escrita y filmada. En este sentido, y si bien atesora alguna virtud (por ejemplo, la espontaneidad y viveza de sus diálogos, el gran trabajo de los actores principales o la música de Pablo Salinas), su ausencia absoluta de originalidad, el anquilosado ritmo de su estructura narrativa, la deslavazada resolución de los graves conflictos planteados a lo largo de la trama y, por ende y especialmente, su superficial tratamiento de temas tan serios como la violencia juvenil o la injusticia social (se diría que propiciada por una voluntad de edulcorarlos para el amplio público), hacen de esta cinta una nueva muestra de las limitaciones de este tipo de obras pseudorealistas en general y de la filmografía de Gracia Querejeta en particular.

 

Y es que, como acontece con el conjunto de la producción de la autora madrileña, 15 años y un día es un filme tan prometedor como insatisfactorio, dada su incapacidad de dejar poso alguno en la memoria y la retina del espectador. 5/10.

 

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