El reverso amargo del cómico
Hace ya unos años que Woody Allen vive un exilio artístico en Europa, por motivos básicamente económicos, que coincide con una adaptación de su universo personal al nuevo hábitat. Pero ésta ha sido una transición no exenta de amargura o eso es lo que denotan sus últimas películas. El abandono progresivo de la ciudad de Manhattan y sus protagonistas por otros ambientes viene asociada a un punto de vista distinto del que solía disponer. Más distante y frío. Como un observador externo e implacable. Así sucedía en Match Point, El sueño de Casandra, Vicky Cristina Barcelona y ahora en esta Conocerás al hombre de tus sueños. No hay afecto del autor hacia sus personajes que son un cúmulo de debilidades e inmadurez no disimulada.
¿Es una etapa de crisis para este director a consecuencia de un exilio no deseado? ¿O sólo es un periodo de aclimatación a su nuevo entorno? O quizás estemos ante un Woody Allen más libre sin ataduras que experimenta nuevas fórmulas para poder reinventar una y otra vez su género: la comedia de la vida. Lo cierto es que desde Melinda y Melinda, su última película netamente norteamericana y con la que más semejanzas guarda la cinta que nos ocupa, asistimos a una reformulación de su estilo. En aquella Allen se planteaba contar la misma historia desde dos puntos de vista distintos: el cómico y el trágico con resultados dispares. Entonces estaban claramente diferenciadas en dos enunciaciones. Pero aquello no debió satisfacer al director de Manhattan (eran como dos películas en una) que debía aspirar a obtener comedia de la tragedia y viceversa. Así vinieron Match Point y El Sueño de Casandra (marcadamente trágicas) y Scoop, Vicky Cristina Barcelona y Si la cosa funciona (marcadamente cómicas). Pero el verdadero intento por diluir ambos géneros lo encontramos en esta nueva película.
Aparentemente se trata de un film más de su filmografía, con su estilo identificable en la presentación de personajes y problemáticas. Pero a medida que avanza la proyección las risas cómplices iniciales del espectador se van volviendo sonrisas congeladas. En cada historia subyace un drama angustioso, una frustración existencial que te convierte en cómplice distante de las miserias cotidianas que nos cuenta. Hay empatía pero es incómoda. No es que no puedas identificarte con los protagonistas es que no quieres. Es obvio que Allen ha subido un escalón en su recorrido como autor pero nos resulta más difícil acompañarlo que otras veces. La paradoja cómica autocomplaciente se ha convertido en un severo reflejo de nuestra sociedad. El peligro de esta nueva andadura es la más que probable desconexión con su propio público. Un gran riesgo para este genio del cine.
Todas las historias nos suenan, forman parte de su mundo, pero son más punzantes que nunca. Las vidas que deambulan por el metraje se agarran a frágiles quimeras como único modo de supervivencia. El choque con la realidad es demasiado dramático para no evadirse de la misma mediante placebos o fantasías, sean estas de carácter realista (el éxito literario, ser la esposa de tu sofisticado jefe, el ansiado hijo barón…) o metafísico (la reencarnación). Cada loco con su tema y en el país de los ciegos el tuerto es el rey. Parece que Allen apuesta por la mayor evasión posible de este mundo que no nos da la felicidad que promete o lo hace en dosis muy pequeñas.
Una vez más la puesta en escena de Woody es impecable, muy apoyada en el trabajo actoral. Se incorporan a su universo los británicos Anthony Hopkins y Gemma Jones, la australiana Naomi Watts y el español Antonio Banderas. A mí me gustaría destacar el divertido trabajo de la actriz londinense Lucy Punch, una nueva Poderosa Afrodita sin tanto corazón pero capaz desatar las mismas carcajadas que su predecesora. Ella y la veterana Jones ponen el punto de humor perfecto a esta obra que nace con vocación de incomprendida. El tiempo dirá.
Título original: You will meet a Tall Dark Stranger. Dirección y guión: Woody Allen. Año: 2010. Nacionalidad: España/Gran Bretaña/EEUU. Intérpretes: Antonio Banderas, Josh Brolin, Anthony Hopkins, Gemma Jones, Freida Pinto, Lucy Punch y Naomi Watts. Valoración: 7/10.
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A mí, me gustaba más el “otro” Woody Allen pero como es mi consentido le adoro igual, aunque me deja un sabor más amargo… muchas gracias por tus artículos!