Ver la televisión en la cama, ¿qué tan sano es?

El hecho de que ahora los televisores sean mucho más baratos han creado unos hábitos de vida bien diferentes a los que había hace 50 años. Antes, la vida social delante del televisor se hacía en el salón, pero ahora, muchos tienen televisión en su cocina, en el cuarto de baño, en las habitaciones de sus hijos o en la habitación de matrimonio.

¿Es saludable ver la televisión en un lugar que no sea el salón?

No existe nada que indique que ver la televisión en un lugar que no sea el salón sea malo para la salud, aunque si que se ha demostrado que desmiembra bastante las familias. Cada uno va a ver la televisión por su cuenta, lo que hace que haya muy poca interacción social entre los diferentes residentes de la casa, y eso acaba destruyendo la armonía familiar.

No solo eso, sino que además el ver la televisión tumbado en la cama puede no ser tan bueno para la salud como muchos piensan. Para comenzar, la mejor forma de ver el televisor es que este estuviera justo delante de la cama, pero no siempre se puede y esta acaba a un lado de la cama. Esto obliga a tomar una mala postura a la hora de estar acostado para verla, tanto del cuerpo como del cuello, lo que puede acabar produciendo algunos problemas de salud graves.

Además, el colchón puede que no esté preparado para poder soportar tanto tiempo sobre este. Es decir, en el colchón se pasa una media de 8 horas diarias cuando uno está durmiendo, pero este está pensado para dormir, no para otros quehaceres. Por ello, si se va a pasar más tiempo sobre este, sería recomendable visitar una tienda o una web de colchones viscolásticos baratos para comprar uno nuevo. ¿Por qué viscolástico? Este material está mejor preparado para soportar el peso del cuerpo y se acomoda a la perfección a este según la postura, garantizando la mayor comodidad cuando se está viendo la televisión.

Por supuesto no hay que olvidarse de la iluminación. Cuando una habitación es interior, hay que encender alguna lámpara para que la estancia no esté totalmente a oscuras salvo por la luz del televisor, lo que no es sano para la vista. Además, hay que regular el sonido, porque a pesar de que se oiga con bajo volumen en la habitación, fuera de esta se oye muy fuerte. Cuánto más se sube el volumen más se dañará el oído. En estos casos es mejor recurrir a alguno de los cascos inalámbricos que hoy en día se pueden conseguir en el mercado por muy buen precio.